Marca con tus manos
el inicio del placer,
y conduce las mías
sobre las vertientes de tu cuerpo fecundo,
ahí
donde se agita el sexo mío
y gritamos animales,
llévame aún más profundo,
donde anidan tus miedos y culpas,
donde sueles llorar arrepentido,
llévame ahí
para que pueda redimirte
y a través del grito del ahorcado
pueda hacer silencio,
condúceme sin prisa
a través de tus imperfecciones
y permíteme reparar con un beso tus fallas,
sobornar tus latidos para volverlos calmos,
delimita
con un grito ahogado
tu máximo estado de placer,
y anida en tu pecho
mi cuerpo ya agotado de amarte.
Llora, grita, gime
cuando haya llegado a lo más profundo,
anúnciame con un suspiro
que hemos llegado lejos,
muéstrame quien eres
y hacia dónde vas,
embriágate de mí
y bebe del cáliz de mis labios,
eternamente compenetrados,
amantes-amigos.
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