Tomaré el licor
de la boca que me tienta
abriéndome puertas
al arcoiris en flor
para vertirme del color
de tus deseos
cuando desabroche mi cuerpo
su intimo temblor.
Sacaré los hilos
a la oscura noche
para iluminar solo donde
pidan los latidos,
y fundiremos suspiros
en fraguas del deseo
que esperó su tiempo
en poros del delirio.
Gemirán mis pupilas
latigos de fuego
azotando el veneno
que nos respira
donde transpiran
los fébriles ruegos
en cada estreno
de su ópera prima.
*
de la boca que me tienta
abriéndome puertas
al arcoiris en flor
para vertirme del color
de tus deseos
cuando desabroche mi cuerpo
su intimo temblor.
Sacaré los hilos
a la oscura noche
para iluminar solo donde
pidan los latidos,
y fundiremos suspiros
en fraguas del deseo
que esperó su tiempo
en poros del delirio.
Gemirán mis pupilas
latigos de fuego
azotando el veneno
que nos respira
donde transpiran
los fébriles ruegos
en cada estreno
de su ópera prima.
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